The Serenity Code
El propósito de The Serenity Code es presentar, por primera vez, una fórmula revolucionaria y un marco científico para ayudar a una población en crecimiento que sufre de estrés y ansiedad excesivos a encontrar la serenidad nuevamente. La evidencia reciente de la investigación del cerebro muestra que el recableado de neurovías esenciales puede ofrecer alternativas viables o complementar enfoques antiguos. La plasticidad del cerebro no es un tema nuevo, pero cómo podemos reconfigurar nuestro cerebro para curarnos a nosotros mismos usando prácticas que toman minutos por día es innovador. Descubra la teoría de la serenidad. Mire este clip de 5 minutos con el Dr. Morin explicando su modelo revolucionario.
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Una teoría de la serenidad
The Theory of Serenity se basa en los últimos descubrimientos sobre la plasticidad cerebral, una forma de reconfigurar su sistema nervioso para cambiar las respuestas al estrés, la ansiedad y la depresión (SAD)
La teoría establece que puedes experimentar más serenidad si practicas hábitos de amor propio
Para lograr todo el potencial del modelo, es necesario que examine con conciencia los factores individuales de los hábitos de amor propio, es decir, el Ser, el amor y los hábitos.
Mirar al yo es una oportunidad para integrar tres sistemas que influyen en sus respuestas afectivas, cognitivas y conductuales: el yo primordial, el yo racional y el yo espiritual.
El amor, cuando se dirige a ti mismo, proporciona la motivación química que necesitas para restablecer el equilibrio y la armonía en tu sistema nervioso.
Los hábitos de amor propio ayudan a su cerebro a reconectar automáticamente los patrones de pensamientos y respuestas que afectan su estado de ánimo y restauran la serenidad.
Decodificación del estrés, la ansiedad y la depresión (SAD)
Juntos, el estrés, la ansiedad y la depresión (SAD) afectan a casi el 30% de todas las personas en todo el mundo.
Los niveles de SAD han aumentado considerablemente desde el comienzo de la crisis de COVID-19 y los expertos en salud esperan que los niveles anormalmente altos continúen durante muchos meses más, posiblemente años.
Si bien el estrés y la ansiedad pueden perturbar la vida de las personas, los niveles moderados son normales y el cerebro Primordial los maneja principalmente por debajo de nuestro nivel de conciencia.
Es posible reconfigurar muchas de las respuestas negativas al estrés y la ansiedad activando más control cognitivo de nuestro cerebro racional.
Se ofrecen muchas opciones farmacológicas y terapéuticas para mitigar los peores síntomas del TAE. Sin embargo, algunos tratamientos no funcionan o no están disponibles para una gran parte de la población.
Es crucial y urgente encontrar más opciones de tratamiento para combatir el TAE.
Decodificando el yo
La ola más prometedora de modelos de personalidad se basa en la neurociencia y nuestra comprensión de cómo los sistemas cerebrales regulan y controlan muchas de nuestras decisiones y comportamientos.
Los neurocientíficos ven al yo como la combinación de estados cerebrales que nos permiten experimentar nuestra identidad como agentes afectivos (la porción ME) y agentes cognitivos (el yo). La red de modo predeterminado (DMN) es un circuito neuronal crítico que hace posible que los humanos se involucren en pensamientos autorreflexivos, pero solo se activa en condiciones en las que nuestro cerebro Primordial está tranquilo.
El modelo del Ser presentado en el Código de la Serenidad se basa en tres sistemas cerebrales que forman el Ser integrado: El Primario, el Racional y el Espiritual. El yo espiritual suele estar inactivo a menos que se active mediante prácticas únicas como la meditación, la oración o el consumo de psicodélicos.
El Código de la Serenidad propone el único neuromodelo de personalidad que le ayuda a reconectar los circuitos neuronales que activan muchas respuestas preprogramadas del cerebro Primordial y del Cerebro Racional. El modelo recomienda además la activación consciente de las redes cerebrales de las que puede emerger el yo espiritual.
Decodificando el amor propio
El amor se considera un impulso primordial, un estado neuronal que nos da energía para sobrevivir y reproducirnos.
Los neurocientíficos han descubierto que el amor ilumina principalmente áreas primarias del cerebro, pero también estimula la liberación de más dopamina, el neurotransmisor más implicado en la motivación y el aprendizaje.
Tanto la oxitocina como la vasopresina también se combinan con el amor, lo que refuerza aún más los sentimientos de unión y apego.
Si bien la mayor parte del efecto inicial del amor es subcortical, también recluta áreas más evolucionadas del cerebro para influir en el comportamiento y la motivación dirigidos a objetivos.
El amor desencadena muchas emociones que nos están ayudando a decidir si queremos acercarnos o evitar situaciones.
Al dirigir el amor hacia nosotros mismos (amor propio), aprovechamos los neuroquímicos más potentes que podemos producir para apoyar nuestra voluntad de cambiar, transformar y sanar.
El amor propio comienza con la autocompasión, una actitud que te da la capacidad de soportar y aceptar tu sufrimiento sin juzgarte a ti mismo.
Hábitos de decodificación
Los hábitos juegan un papel fundamental en la regulación y optimización de nuestros comportamientos.
El cerebro primordial juega un papel único en la formación de hábitos.
Cuando los hábitos mejoran el control cognitivo, se consideran buenos; cuando reducen el control cognitivo, se consideran malos.
Los hábitos relajan el cerebro, especialmente el cerebro racional, porque no es necesario predecir el resultado de una tarea que se ha realizado muchas veces.
Cuanto más hábitos se conviertan en rituales, una secuencia más formal de acciones que se realizan en un orden prescrito, más pueden calmar tanto nuestro cerebro Racional como el Primordial.